Ey muy buenas a todos y todas, ya se va acercando el final de este blog...😭
En esta decimonovena entrada, la penúltima que vamos a tratar, voy a plantear una forma de solucionar un conflicto en clase, aunque obviamente esta no es la única que se puede aplicar.
De entrada, me gustaría comentar brevemente esa idea dominante que se transmite en la entrevista de Xesus Jares, de que un conflicto siempre o prácticamente siempre se entiende como algo negativo, y la verdad es que estoy totalmente de acuerdo con esto. No obstante, y como bien indica el ponente, siempre se puede sacar algo positivo de un conflicto, por imposible que parezca.
De hecho en mi caso he visto chavales en mi instituto que se han peleado y a lo mejor al pasar unos meses veías que se llevaban perfectamente. Es decir, en este sentido considero que es fundamental cerrar heridas y que quede todo claro entre ambas partes.
No obstante, hay que analizar cada conflicto y cada caso de manera particular dado que en el caso de los conflictos que marcan a los alumnos, tanto los que han participado como los que son meros espectadores, hay que asumir que es inevitable que algunos conflictos marquen profundamente ya sea por la gravedad de la agresividad empleada en ellos o ya sea por el daño sentimental que se hagan los alumnos.
Y bueno, después de este primera toma de contacto con esta situación, me gustaría entrar ya de lleno en un ejemplo de conflicto en el aula. En mi caso, un conflicto normalmente entiendo que suele durar varios segundos. Por tanto, ello te exige tomar una decisión de forma inmediata.
Hay que tener cuenta que si el conflicto es solo verbal y que surge por un debate de clase y por tanto entiendo que habría que procurar suavizarlo ya sea desviando el tema o ya sea dándole la palabra a otros compañeros. Sin embargo, si esa discusión va a más y se está a punto de llegar a las manos, entiendo que lo primero que hay que hacer es expulsar los alumnos del aula directamente y gestionar la situación fuera de la misma, cortando de esta manera por lo sano.
Con respecto a la posibilidad de expulsión del centro, no sé si es la solución más ideal pero quizás puede servir para dar un tiempo a los chavales para enfriar la situación aunque lo mismo es más beneficioso para estos que realicen actividades como la limpieza del centro o cosas por el estilo. La expulsión solo la contemplo para situaciones muy graves, pero aún así hay que preguntarse si es la solución más ideal.
Por otra parte, y como bien se explica en la conferencia Xesus Jares, el conflicto en el ámbito escolar es inevitable por lo que el futuro docente tiene que asumir que este tipo de situaciones conflictivas serán el pan de cada día en este trabajo.
También hay que preguntarse si además de una sanción impuesta por el centro, los padres deben castigar de alguna manera a sus hijos en el ámbito doméstico.
En definitiva, considero que al tratarse de situaciones que suceden en cuestión de segundos, es comprensible que sea difícil actuar ante estas, por lo que incluso la propia personalidad del profesor puede ser clave en la resolución del conflicto.
Y bueno, aquí doy por concluida la entrada de hoy.
Espero que esta visión de un conflicto en clase os haya aportado otra forma de afrontar la situación.
Un saludo!!✌
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